La tentativa de golpe de Estado en Ecuador es un indicador de la contraofensiva Imperialista contra los países del ALBA. La USAID y la National Endowment for Democracy, han venido haciendo en los últimos años un financiamiento sostenido para "empoderar" a la ciudadanía ecuatoriana a través de sus partidos y movimientos sociales mediátizados pro imperialistas, para ejecutar operaciones de desestabilización. El gobierno corporativo imperialista de los EEUU continúa intentando recuperar la hegemonía en el continente, utilizando todos los medios posibles, dentro el rango de operaciones militares bajo la doctrina “operaciones militares no propiamente de guerra” (MOOTW http://www.dtic.mil/doctrine/jrm/mootw.pdf ).
Los empresas mediáticas que conducen la propaganda imperialista, lo calificaron como una "crisis institucional", como si lo ocurrido hubiera sido un conflicto de jurisdicciones entre dos poderes del Estado, no como una abierta insurrección de la Policía Nacional, cuyos efectivos constituyen un pequeño ejército de 40.000 hombres, en contra del Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas del Ecuador, que no es otro que su presidente legítimamente electo. Arturo Valenzuela, subsecretario de Estado de Asuntos Interamericanos, lo calificó como "un acto de indisciplina policial". El Presidente Rafael Correa lo caracterizó como una "conspiración" para perpetrar un "golpe de Estado".
Entre los actores que manifestaron su apoyo al golpe en gestación se encuentran efectivos de la Fuerza Aérea Ecuatoriana que paralizaron el aeropuerto de Quito y el pequeño aeródromo utilizado para vuelos provinciales. Los grupos políticos de oposición que salieron a apoyar a los golpistas en calles y plazas. El abogado del ex presidente Lucio Gutiérrez que comandaba el grupo que asaltó instalaciones de la Televisión Nacional . El alcalde de Guayaquil, gran rival del presidente Correa, Jaime Nebot, declaró a los medios que se “trataba de un conflicto de poderes entre un personaje autoritario y despótico y un sector de la policía, equivocado en su metodología pero a quien le asistía la razón en sus reclamos”
El movimiento "indígena" Pachakutik, en medio de la crisis hizo pública su convocatoria al "movimiento indígena, movimientos sociales, organizaciones políticas democráticas, a constituir un solo frente nacional para exigir la salida del presidente Correa". El comandante del ejército actúo después de 14 horas ante la rápida y efectiva movilización de amplios sectores de la población ecuatoriana que activa y militante, pese al peligro que existía, salió a ocupar calles y plazas para manifestar su apoyo al presidente Correa. El pueblo desarmado en las calles y en los alrededores el hospital, donde estaba secuestrado el Presidente, logró forzar la actuación del ejército para rescatar al presidente Correa.
La defensa de la revolución sólo es posible y efectiva en la medida en que es asumida directamente por el pueblo, actuando como protagonista y no como simple espectador de las luchas políticas. Sin esa presencia del pueblo en calles y plazas, no es posible conquistar objetivos políticos y militares para neutralizar y derrotar la contra revolución. La solidaridad internacional de los Estados, interviene aquí de una manera secundaria,y formal, no necesariamente determinante. Si la ofensiva de masas revolucionarias del pueblo soberano del país en cuestión, no resuelve a su favor la lucha por el poder en cuestión de días, intervendrán el país tal como sucedió en Centroamérica e impusieron los acuerdos de paz de Esquípulas a favor del imperialismo norteamericano.
En el caso de Honduras en el que se produjo un golpe triunfante contra uno de los países del ALBA, la reacción popular no fue capaz de revertir la situación. El ejército hondureño está subordinado al Comando Sur de los EEUU, quien ejecutó el golpe que se inició en las instituciones del estado Congreso Nacional y Tribunal Supremo.
En este caso el movimiento político real, el movimiento popular persiguiendo sus propios fines, sus fines para sí y no para la burguesía representada en las instituciones del Estado burgués, no pudo modificar la correlación de fuerzas. No contaba con un componente armado, las milicias o el armamento necesario para enfrentarse a un ejército de asesinos que es el ejército de Honduras. El ejército no se puso al lado del pueblo como sucedió en Ecuador, Venezuela y Bolivia, bajo la presión popular.
El intento en Bolivia es otro ejemplo de lo determinante y fundamental de la ofensiva de masas revolucionarias para lograr objetivos políticos y militares cuando se trata de la lucha por el poder. La población participó de una manera decidida y militante para neutralizar la asonada golpista. En este caso el ejército fue siempre leal al presidente y no participó en contra. El gobernante boliviano destacó que el golpe en Honduras se produjo en momentos en que este país iba a ingresar al Alba, un mecanismo regional que se opone al ALCA de Estados Unidos.“En los países del Alba hay intentos de golpe de Estado, pero no va a haber golpe de Estado en Colombia, no va a haber golpe de estado en Perú, estos presidentes, claro, son pro imperialistas, capitalistas, libre mercado, privatización de los recursos naturales, ahí no va a haber golpe de Estado” , sostuvo Morales.
Por otro lado la valentía demostrada por el presidente Correa, que no dio el brazo a torcer y resistió a pie firme el acoso y la reclusión pese a que era más que evidente que su vida corría peligro: cuando se retiraba del hospital, su automóvil fue baleado con claras intenciones de poner fin a su vida. Correa demostró poseer el valor que se requiere para acometer con perspectivas de éxito las grandes empresas políticas. Si hubiese flaqueado, si se hubiera acobardado, o dejado entrever una voluntad de someterse al designio de sus captores otro habría sido el resultado.
De ahora en adelante, los intentos de golpe de Estados concebidos como operaciones militares no propiamente de guerra y apoyados financieramente por la USAID y la National Endowment for Democracy, están a la orden del imperialismo en su desesperación para obtener victorias contra los pueblos y poder apropiarse de la mano de obra, las materias primas, la energía, el agua y la biodiversidad. En conclusión , solo la ofensiva de masas revolucionarias, con un componente armado, las milicias, son capaces de neutralizar en forma autónoma, la contraofensiva del imperialismo. Una de las tareas mas importantes de la revolución bolivarianas es desarrollar una organización popular de primera línea, las milicias, que actúe con rapidez en ofensiva masiva revolucionaria para neutralizar la contraofensiva imperialista.
Carlos Lazo
Carlos Lazo
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